"Lo que he dado, lo tengo. Lo que he gastado, me pertenece. Lo que he guardado, lo he perdido"
Escrito en la tumba de Christopher Chapman en la Abadía de Westminster
Un muchacho entró con paso firme a la joyería y pidió que le mostraran el mejor anillo de compromiso que tuvieran.
El joyero le mostró una hermosa piedra solitaria que brillaba como un pequeño sol resplandeciente.
El comprador contempló el anillo, preguntó el precio y con una sonrisa se dispuso a pagarlo.
¿Se va usted a casar pronto? – Preguntó el joyero. ¡No! - respondió el joven - Ni siquiera tengo novia. Es para mi mamá - dijo el muchacho.
Cuando yo iba a nacer estuvo sola. Alguien le aconsejó que me matara antes de que naciera, así se evitaría problemas. Pero ella se negó y me regaló la vida que hoy puedo disfrutar.
Fue padre y madre. Amiga, hermana y maestra. Me hizo ser lo que soy. Ahora que puedo le compro este anillo de compromiso. Ella nunca tuvo uno. Yo se lo doy como promesa de que si ella hizo todo por mí, ahora yo haré todo por ella. El joyero, sorprendido, no dijo nada. Solamente le ordenó a su cajera que hiciera al muchacho el descuento especial que sólo se hace a los clientes