Y si probamos en este 2011 ???

Se inicia un nuevo año calendario y por ello cada uno de nosotros estamos llenos de propósitos a cumplir en los próximos 365 días.

Esta clase es un homenaje a Osvaldo Diaz de Souza, PDG D 4890, fallecido en agosto pasado. Osvaldo fue un gran estudioso de Rotary.

El que hoy reproducimos es casi un legado póstumo que el mismo lo tituló: Y SI PROBAMOS ??? y le agregaríamos: Y SI PROBAMOS EN EL 2011 ???

Al inicio, Diaz de Souza muestra como al año 2006, su Distrito, que tiene como territorio la ciudad de Buenos Aires, constantemente perdía socios. Y a partir de allí escribe...

Nunca un problema tiene una sola causa ni una sola será la solución, pero si me obligaran a citar una causa fundamental, no dudaría en señalar la PÉRDIDA DE LA MÍSTICA ROTARIA.

Cuando Rotary crecía en forma imparable no nos asemejábamos a ninguna otra Institución. No éramos mejores ni peores, éramos únicos.

Hoy repetidas experiencias nos muestran la casi unánime imposibilidad de los rotarios para distinguir su Institución de entre otras. HEMOS PERDIDO IDENTIDAD.

Estamos atosigados de fórmulas, planes, sistemas, concursos, certámenes, premios, reconocimientos y zanahorias varias, destinados a motivarnos.

Nos hemos equivocado en la buena intención de aggiornarnos, de mantenernos a la altura de los tiempos, de no quedarnos atrás; hemos adoptado herramientas empresarias: coaching ontológico,marketing , publicidad, planeamiento estratégico, programación neurolinguística, métodos de resolución de problemas, oratoria, “escuelas de instrucción rotaria”, etc. con dos desastrosos resultados:

A) Hemos reemplazado la mística por las herramientas.

B) Cuando llegamos a Rotary nos encontramos con lo mismo que dejamos en la empresa. Antes Rotary era un cable a tierra dentro de la parafernalia empresaria. Hoy seminarios, cursos, cursillos, puestas en común, entrenamientos, capacitaciones, etc. nos hacen dudar, por momentos, si estamos en Rotary o en nuestra empresa.

Sería necio negar la necesidad de la teoría, el problema estriba en el equilibrio. Hoy un 90% de teoría y burocracia aplastan a un 10 % de práctica y creatividad. Nos hemos olvidado que al fin y a la postre Rotary es un CLUB, un club muy especial pero un club al fin.

No veníamos a Rotary a trabajar ni a estudiar, veníamos a participar con nuestros pares en una actividad de crecimiento personal que producía hechos por la simple interacción de las personas, que hacía filantropía pero no era una Institución filantrópica, que hacía beneficencia pero no era una Institución asistencialista; era una Institución que procuraba hacer mejores personas para que mejores personas hicieran mejores cosas que redundaran en beneficio de la comunidad. Veníamos a comprobar que para progresar no era necesario hacerlo en detrimento de los demás, sino que por el contrario, era mucho más fácil progresar promoviendo al otro y que eso era a lo que se llamaba Ideal de Servicio. TODO LO APRENDÍAMOS EN EL TIEMPO DE LA REUNIÓN DEDICADO A INFORMACIÓN ROTARIA, más un par de reuniones sobre las responsabilidades específicas que hubiéramos aceptado.

Qué tal si nos animamos a volver a un Rotary entretenido, desprofesionalizado, ameno, creativo, con menos obligaciones, menos números, menos capacitaciones y más oportunidades de conocimiento mutuo entre todos los rotarios y no sólo con el elenco estable presente en casi todas las “Citas de Honor”.

Con más excursiones en grupos, más reuniones hogareñas, más encuentros culturales como esos en que comprábamos las entradas de una sala, las vendíamos más baratas entre nosotros y nuestros amigos, pagábamos los gastos y con lo que sobraba atendíamos alguna obra comunitaria o se lo pasábamos a La Fundación Rotaria (ésa que ahora precisa un posgrado para entenderla, al punto que hay sólo dos rotarios en el Distrito capaces de explicarla).

Un Rotary que no se parezca a nuestra empresa, donde podamos volcar libremente nuestra experiencia y conocimientos, pero en forma vital, personal y asistemática, alejada de fórmulas y entrenadores de esos que estamos hartos de ver en nuestra vida laboral. Alejado de esa imagen de Compañía Multinacional, burocrática y poderosa generadora de programas con olor a computadora, en la que cada obra de caridad va acompañada con el brillo de los flashes de las cámaras que guardan para la posteridad, los rostros que se han de exhibir en la Feria de vanidades.

Rotary no ha dejado de entusiasmar porque los clubes tengan pocos socios; los clubes tienen pocos socios porque Rotary ha dejado de entusiasmar.

Hasta ahora todo lo que probamos, no sólo no dio resultado, sino que por el contrario, cada año estamos peor. Parece que estamos perdidos. Pero podemos reencontrarnos por los caminos ya recorridos.

QUÉ TAL SI VOLVEMOS A LAS FUENTES Y PROBAMOS CON LO QUE YA DIÓ BUEN RESULTADO?”